Atacama nos encantó... pero gran mérito lo tiene seguramente nuestro guia Hanu. Vimos lo que ven todos por allí ... pero de una manera diferente: la cosa que nos gustó mucho fue disfrutar de las magníficas vistas d Atacama cuasi siempre solos, porque Hanu buscaba puntos ta donde no llegavan otras personas, en horarios donde la mayoría de la gente ya se había ido o todavía no había llegado.
El programa inicial se fue cambiando a medida de nuestros deseos y de su sus consejos, que por cierto fueron acertados.
Nos encantaron el aperitivo a la puesta del sol en El Valle de la luna, y un mítico, divertido , sorprendente desayuno ( completo ) con vistas a los géiseres del Tatio.
Otra cosa que nos gustó fue la posibilidad de hablar con el de muchas cosas que, si por un lado nos demostró sus conocimientos,
por el otro fue un intercambio de ideas muy personal: todo esto nos permite pensar que , si algún día volveremos a Chile, nos encantaría tener a Hanu como guía.