Sinfonía de Sabores Marinos de la Costa Chilena
Imagina un plato humeante de caldillo de congrio, ese elixir espeso y reconfortante, coronado con perejil fresco. La costa chilena es un festín que comienza con el rumor del Pacífico.
El aire salino se mezcla con el aroma de las empanadas de pino de mariscos recién fritas, crujientes por fuera y rellenas de trozos jugosos de almejas, ostiones y camarones. Los mercados costeros son un espectáculo: bandejas de erizos frescos servidas con limón de Pica, su sabor intenso y yodado.
No puedes olvidar un buen trozo de merluza austral a la plancha o el clásico curanto en hoyo en el sur, aunque este último es más de Chiloé y mezcla tierra y mar. Cada bocado es un viaje de la frescura del océano a la calidez de la mesa chilena, maridado a la perfección con un vino blanco del Valle de Casablanca.
Un verdadero tesoro gastronómico.
 
            